La introducción proporciona una visión general del panorama fiscal internacional, destacando la creciente relevancia del Impuesto Mínimo Global (IMG) en el ámbito contable y fiscal. Este impuesto, impulsado por la OCDE y el G20, busca contrarrestar la erosión de la base imponible y la transferencia de beneficios por parte de grandes multinacionales.

La digitalización de la economía ha exacerbado estos desafíos fiscales, llevando a la elaboración de dos pilares fundamentales en la propuesta de la OCDE y el G20:

• El Primer Pilar, aún en proceso de implementación, redefine el criterio de imposición, vinculándolo no solo a la presencia física del negocio, sino también a los ingresos generados en una jurisdicción determinada.
• El Segundo Pilar contempla la posibilidad de establecer un impuesto mínimo para las jurisdicciones que no alcancen cierto nivel impositivo. Se introducen las Normas Globales contra la Erosión de las Bases Imponibles (GloBE), que incluyen la Regla de Inclusión de Rentas (RIR) y la Regla de Pagos Insuficientemente Gravados (RPIG), entre otros aspectos.

La implementación de estas medidas tiene implicaciones significativas para países como Uruguay. La aplicación del IMG afectaría a las empresas con presencia en zonas francas y podría disminuir la efectividad de los incentivos fiscales locales. Aunque la OCDE sugiere medidas compensatorias, como incentivos no directamente vinculados al impuesto, Uruguay enfrenta el desafío de adaptarse a los estándares internacionales mientras busca mantener su atractivo para la inversión extranjera.

En conclusión, Uruguay debe converger con los estándares establecidos por la OCDE y el G20 en materia de tributación internacional. Esto implica no solo cumplir con las nuevas regulaciones, sino también reforzar otros aspectos, como infraestructura y procesos empresariales, para seguir siendo atractivo para los inversores.